En una relación comercial se presentan riesgos para todos aquellos que participan. Por ello, las garantías cumplen una función clave. En el caso de la legislación chilena, se considera que existe una relación asimétrica entre el consumidor y las empresas que proveen bienes o servicios. Particularmente, se busca resguardar a los consumidores pues son la parte más débil en dicha relación de consumo.

Por lo anterior, es que la garantía legal es una herramienta consagrada en la ley y que busca proteger al consumidor en caso de que el producto:

●       Sea defectuoso.

●       No es apto para el uso o consumo al que está destinado.

● Fue anteriormente arreglado, pero sus deficiencias persisten o presenta nuevas fallas, entre otras situaciones que menciona la Ley del Consumidor.

En las situaciones mencionadas, el consumidor puede elegir entre 3 alternativas:

●       La devolución del dinero.

●       La reposición o cambio del producto.

●       La reparación gratuita del producto.

 Y recordemos siempre que el consumidor que opta por la reparación, suspende la garantía hasta la devolución del producto. Si este vuelve a presentar fallas, puede ser ejercida la garantía nuevamente.

 Debe tener en consideración que el plazo para hacer exigible la garantía legal se ha ampliado desde la entrada en vigencia de la Nueva Ley Pro Consumidor, a 6 meses desde el momento de la adquisición del producto, y en el caso de compras a distancia, ese plazo es válido desde el momento de la recepción del mismo.